Contexto

El contexto internacional adverso que venía acentuándose desde la pandemia agravó las brechas preexistentes y afectó las condiciones de vida, la seguridad alimentaria y el poder adquisitivo, profundizando la desigualdad entre mujeres y hombres. 

  • Si bien la tasa de incremento de los precios de combustibles, fertilizantes y alimentos básicos –que aumentó significativamente en 2021-2022– observó una desaceleración considerable en 2023, los niveles de precios todavía se encuentran muy por encima de la situación prepandemia, afectando en mayor medida a las regiones más pobres del país. 
  • Intensas lluvias ocasionaron efectos destructivos en la infraestructura, de manera que el número de personas con necesidades humanitarias aumentó de 3.8 millones, en 2021, a 4.6 millones en 2022 y 5.3 millones en 2023.
  • De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial (BM), que la proporción de hogares guatemaltecos por debajo de la línea de pobreza (considerando el umbral para países de renta media alta) se habría reducido del 59%, en 2020, al 55.1% en 2023. 
  • Se observó el aumento de personas en flujos mixtos, migrantes y personas en necesidad de protección internacional transitando por Guatemala, en particular provenientes de Venezuela, Ecuador, Honduras, Cuba y Haití. 
  • La desnutrición crónica continúa siendo un flagelo que afecta a uno de cada dos menores de cinco años, causando enfermedades infecciosas, crónicas y transmitidas por vectores. Asimismo, la inseguridad alimentaria y nutricional, junto con la triple carga de la malnutrición (desnutrición, sobrepeso/obesidad y deficiencia de micronutrientes), continúan siendo uno de los retos humanitarios y de desarrollo en Guatemala. 
  • El año que se reporta fue testigo del retorno a la presencialidad para la educación pública, en tanto que el sector de la salud continuó abordando problemas como las altas tasas de mortalidad materna e infantil y la inseguridad alimentaria.
  • En el contexto político cabe mencionar que, pese a la polarización observada durante el ciclo electoral, las urnas arrojaron un claro triunfo para el binomio presidencial conformado por el presidente Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera. Tanto los mecanismos de observación electoral nacional como internacional coincidieron en que los comicios cumplieron con los estándares mínimos para asegurar resultados justos y transparentes. 

En la actualidad, Guatemala sigue lidiando con desafíos socioeconómicos que incluyen pobreza, desigualdad, seguridad alimentaria y vulnerabilidad frente a desastres socionaturales. La polarización política que caracterizó el ciclo electoral también seguirá afectando la gobernabilidad democrática y la capacidad de acción de las instituciones públicas. Por ello, persiste la importancia de mantener esfuerzos para promover el Estado de derecho, la equidad social y la protección de las poblaciones vulnerables. El marco de cooperación vigente hasta el fin de 2025 dará continuidad a estos esfuerzos colectivos, ahora con más fuerza gracias al cambio en la forma de pensar que las seis transiciones a los ODS fomentarán.

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